Resumen
Entre 1940 y 1970 México se transformó mediante una política económica inspirada por la CEPAL que hizo posible un crecimiento del PIB per cápita del 3,1% anual. No obstante este logro notable, con motivo de la crisis de la deuda cambió de política y a comienzos de los noventa se convirtió en paradigma de la globalización económica auspiciada por el Consenso de Washington.
La desregulación y la orientación al mercado externo habían comenzado en los años sesenta cuando Estados Unidos puso fin al programa que permitía el empleo temporal de trabajadores agrícolas mexicanos en su territorio. En respuesta, en 1966 se formuló un plan de empresas maquiladoras que daba facilidades a los inversionistas dispuestos a montar establecimientos intensivos en trabajo a lo largo de la frontera norte, la región afectada por esa decisión: exención de impuestos a la importación de maquinaria y materias primas, a las ventas y a los ingresos, estímulos para promover las exportaciones y créditos blandos. Además de generar empleo para compensar el que se había perdido con el cierre de la frontera, se buscaba producir bienes exportables sin afectar el mercado interno (Moreno-B. et al, 2005).